"Y, sobre todo, leíamos, leíamos todo lo que nos caía en las manos. Sacábamos libros de todas las bibliotecas públicas y, unos a otros, nos dejábamos prestados los hallazgos que conseguíamos encontrar. Pero la mejor academia, el lugar donde mejor se informaba uno de todas las novedades, era el café".
«El mundo de ayer. Memorias de un europeo». Stefan Zweig.
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viernes, 22 de noviembre de 2013

LA FLECHA NEGRA. R. L. Stevenson

"Porque es de razón, una flecha negra para cada negro corazón".


Todo un clásico de la literatura de aventuras, además de novela histórica encuadrada en la Guerra de las Dos Rosas (1455-1485), que tuvo como contendientes a la Casa de York y a la Casa de Lancaster en disputa por el trono de Inglaterra, cuando la Edad Media ya iba tocando a su fin.
El protagonista, Dick Shelton, joven prometedor perteneciente a la nobleza, se ve inmerso en un momento crucial de su vida, en el que va descubriendo su pasado equívoco, a la vez que emprende la búsqueda de su lugar en el mundo. Teniendo en cuenta que ese mundo, es la nueva Inglaterra que ha de llegar después de la guerra, las circunstancias del joven Shelton cobran un tinte épico y de soterrado dramatismo; en el laberinto en que se ve metido, es el todo o nada para él.
Sin llegar a ser de lo mejor de su repertorio, Stevenson nos ofrece una novela que se lee con sumo agrado; llena de acción y aventura pura y dura, en detrimento de la profundización en los personajes y en los hechos históricos. Se trata pues, de una novela sencilla, en la que la decidida apuesta del autor por la acción y la aventura, la convierte en coherente a pesar de sus carencias. Una buena opción si uno quiere desconectar de lecturas sesudas, y pasar un buen rato con lances de espadas, flechas y amores medievales; amores, si, los de Dick Shelton con Juana Sedley. Una historia de amor bien incrustada en la narración, que no invade más páginas de las que se merece, cosa que agradece quien esto escribe.
Al final de la lectura, me pongo nostálgico y pienso que acabo de releer una novela entrañable, una novela que leí por primera vez  hace ya la friolera de treinta años, (los mismos que duró la guerra de las Dos Rosas), y que dificilmente volveré a leer. La tristeza es la misma que la que debíéron sentir los miembros de la Flecha Negra lejos de sus hogares, en el crepúsculo de los bosques ingleses. No en vano, yo también soy arquero, y he recorrido los bosques con un arco en la mano, un puñado de flechas a la espalda y, al igual que Dick Shelton, en busca de mi amor y mi destino.


Un saludo.

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