"Y, sobre todo, leíamos, leíamos todo lo que nos caía en las manos. Sacábamos libros de todas las bibliotecas públicas y, unos a otros, nos dejábamos prestados los hallazgos que conseguíamos encontrar. Pero la mejor academia, el lugar donde mejor se informaba uno de todas las novedades, era el café".
«El mundo de ayer. Memorias de un europeo». Stefan Zweig.
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domingo, 15 de junio de 2014

UN CRIMEN EN HOLANDA. Georges Simenon

En este caso, el inspector Jules Maigret empieza con el marcador en contra. Y un servidor también. Curioso paralelismo; pero como dijo aquel: "Yo no he sido".
Me explico. Resulta que Maigret viaja a la pequeña ciudad costera de Delfzijl (Holanda), donde lo más interesante que hay es un puerto, para investigar un crimen en el que se ve envuelto un tal Jean Duclos, de nacionalidad francesa. Desde el principio, Maigret se siente incomodo al encontrarse fuera de ambiente; no habla holandés, ni siquiera ingles, y los lugareños, muy entusiasmados por ayudarle no parecen. En cuanto a mi, me encuentro ante la primera novela de Maigret que se cruza en mi camino; y también me siento incomodo, ya que en este género estoy acostumbrado a Chandler y a Hammett, y el salto de estos a Simenon es grande. Al no ser la primera novela escrita sobre el personaje, no dispongo de entrada de una descripción formal de él; claro que en mi recuerdo permanece la imagen del actor Jean Gabin interpretando a Maigret, que no es poco, pero no suficiente ya que aquí el que manda es Simenon.
Al igual que Maigret con el caso, no me arredro y continúo adelante. Poco a poco me voy haciendo con el estilo pausado de Simenon, y con el igualmente pausado estilo de Maigret; se establece una perfecta coherencia entre autor y personaje. Me encuentro con excelentes descripciones, tanto de los personajes como del lugar; una gran ambientación; todo tiene un aire "europeo" que me cautiva. Simenon no se conforma con la simple narración de unos hechos de investigación criminal; perfora psicologicamente a sus personajes y al ambiente en el que viven, hasta el punto de establecer todo un ejercicio de crítica social; pero no al modo de los norteamericanos Chandler y Hammett mencionados anteriormente, que atacan más por el lado de la corrupción, sino que lo hace atendiendo más a la cuestión sociológica/moral en un plano costumbrista. El inspector Jules Maigret, tal y como ya me avisaron, se nos hace entrañable; y es por ese poso humano que le confiere su creador. Simenon era (es) un escritor sensible y con buen gusto, que nos deja perlas como esta:
"El hecho es que, a las cinco y cinco de la mañana el comisario, completamente solo, tomaba el tren en la pequeña estación de Delfzijl. Nadie le había acompañado. Nadie le había dado las gracias. ¡Hasta (...) había simulado no poder tomar sino el tren siguiente!".
Gran tipo Maigret.
Georges Simenon
Un saludo.

martes, 10 de junio de 2014

LA BAUHAUS. Frank Whitford

Excelente libro sobre la mítica Staatliche Bauhaus (Casa de la Construcción Estatal), que ha llegado a ser considerada como la mejor escuela de arte y diseño del siglo XX. Fue fundada en Weimar (Alemania) en el año 1919 por el arquitecto Walter Gropius, como escuela de arte, arquitectura y diseño, y tuvo su final en 1933, cuando el gobierno nazi ordeno su desmantelamiento; es decir, su existencia coincide con la República de Weimar. El autor nos ofrece una completa, detallada, y amplia panorámica, de lo que fue, significó y significá esta institución en el mundo de la creación, y en la sociedad de la época. Los motivos profundos de su fundación; la personalidad de su creador, Walter Gropius; las personas que la integraron a lo largo de sus catorce años de existencia, alumnos y profesores; objetivos, logros y decepciones; los problemas que tuvieron que afrontar, tanto venidos de fuera como de dentro; los cambios de sede, que fueron tres: Weimar, Dessau y Berlín. Además, el planteamiento de Whitford abarca hasta más atrás en el tiempo,pues describe con
Cartel de la exposición de 1923
sumo acierto el nuevo pulso de la sociedad a consecuencia de la segunda Revolución Industrial, la cual va desde la superación de la crisis del 1873, hasta la Primera Guerra Mundial. Esto es importante remarcarlo, pues eran tiempos en los que se imponía un profundo replanteamiento de la vida en general, cuestión que el autor, obviamente, aborda desde el punto de vista que aquí nos interesa: el del mundo del arte. "La Revolución Industrial produjo maquinas y materiales que usurparon las funciones tradicionales del artista y el artesano", nos recuerda Whitford. Este era el "caldo de cultivo" del que nacieron  nuevas ideas; como la del arquitecto Walter Gropius de fundar la Bauhaus. Exponer aquí todo el pensamiento de Gropius, aunque sea resumiendo, es tarea de gigantes; pero digamos que este gran arquitecto, tal y como yo lo entiendo, buscaba abolir fronteras entre la industria, los artesanos y los artistas. Gropius pensaba en una educación integral del individuo, basada en fomentar el espíritu de humanidad y colaboración, en aras de lo que él creía más importante: la construcción. Importante consecuencia de este ambicioso modo de pensar fue, el ascenso del diseño al nivel de la pintura y la escultura. Todo esto es lo que marca la diferencia entre la Bauhaus y otras escuelas de su tiempo; sin olvidar sus innovadores métodos de trabajo. Fascinante proyecto el de Gropius. Como fascinante que es también, conocer a través de la amena escritura de Whitford a los profesores y a algunos de los alumnos de la Bauhaus; el fotógrafo y diseñador Moholy-Nagy; los célebres pintores Vassily Kandinsky, Lyonel Feininger y Paul Klee; el pintor y diseñador Oscar Schlemmer; el escultor Gerhard Marcks; y no me olvido del arquitecto Ludwig Mies Van Der Rohe, que fue el director de la Bauhaus desde 1930 hasta el final. El libro también nos ofrece una gran colección de fotos, ilustraciones, dibujos, esquemas, etc, de gran valor documental.
Para terminar cito una parte de las notas de la contraportada:
 "Hoy, a las puertas del siglo XXI, todo el que se sienta en una silla de tubo de acero, vive en una casa prefabricada, o lee un texto compuesto con cierto tipo de letra, está beneficiándose de una revolución del diseño que se gestó en la Bauhaus".
                                                                                                                 
                                                                                                                   
Los profesores de la Bauhaus en Dessau, 1926. De izquierda a derecha: Albers, Sheper, Muche, Moholy, Bayer, Schimdt, Gropius, Breuer, Kandinsky, Klee, Feininger, Stölz y Schlemmer
La Bauhaus en Dessau