Desde aquel día de mi
infancia, en el que tuve la suerte de visionar la película de Sydney Pollack, Las aventuras de Jeremiah Johnson (1972),
he deseado tener y leer este libro. Para un entonces, niño como yo, que siempre
estaba entreteniéndose con pelis y “tebeos” de aventuras, y reproduciendo las
que eran del Oeste en “versiones libres” con mis figuritas de “Comansi”, este
film fue un autentico acontecimiento que me dejó deslumbrado.
Que estaba basada en
la novela Mountain Man (1965), de
Vardis Fisher, ponía en los créditos de la película; mmm!, tengo que encontrar
este libro, pensé. Pero el libro no aparecía por ninguna parte; los libreros,
cuando les preguntaba, no sabían de que les estaba hablando. Este libro se
convirtió para mí a partir de entonces, en un objeto de deseo legendario y
mítico comparable al Arca perdida.
Casi cuarenta años
después, el libro está en mi biblioteca. Una joya más en mi colección; porque
el libro es una joya, no solo por lo que representa para mi, sino porque
literariamente lo es. Ahora puedo constatar que la película de Pollack, aun
siendo muy buena, se queda corta respecto al libro de Fisher.
Vardis Fisher se
muestra como un grandísimo narrador de aventuras, ameno, agradable de leer y
creíble, con una prosa sencilla no exenta de recursos; muy documentado. Escoge
muy bien el tempo que la historia
necesita en cada momento. Fisher es un escritor sin prisas, se toma su tiempo, pero
no aburre, porque sabe darle un sentido al engranaje general de la historia.
Pero hay más, mucho
más. Este libro no se queda en una excelente historia de aventuras escrita en
tercera persona; va más allá.
Sam Minard, el
protagonista de esta historia, es el paradigma de este tipo de hombres.
Solitario, menos
cuando se encuentra con sus colegas de profesión y menos cuando esta acompañado
de su squaw india; capaz, solvente en
su trabajo y perfectamente adaptado a su hábitat. Fisher no lo pinta como un
superhombre. Sam, aun siendo un verdadero “crack” de las montañas, a veces
tiene dudas, a veces se equivoca, a veces pierde, al igual que todos los demás
hombres indios y blancos que aparecen en la narración. Es uno de los personajes
más profundos que he leído nunca.
Y llegando aquí, hay que
decir que la mayoría de los tramperos y exploradores que aparecen en este libro
existieron realmente, como por ejemplo: Mick Boone, Bill Williams, Tom
Fitzpatrick, el legendario Kit Carson, y el no menos legendario Jim Bridger. Los
que más son personajes activos y otros aparecen por boca del narrador o de los
personajes, lo cual le da al producto un tono de leyenda realmente encantador.
También estamos
hablando de una obra que tiene mucho de naturalista. Fisher nos describe con
auténtico entusiasmo, ya sea directamente o por boca de su protagonista, la
zona de las montañas Rocosas comprendidas
en los territorios de Montana, Idaho y Wyoming. Describe extensamente la
geografía, la vida y costumbres de su variada fauna y vida vegetal, llegando en
muchos momentos a cotas muy bucólicas y de gran lirismo, pero sin caer en
ñoñerías; muestra siempre lo cruel que puede llegar a ser la madre Naturaleza;
hoy cazas tu, pero mañana tu puedes ser el cazado. Esta es la vida del
trampero.
También es una obra
ecológica. La gran preocupación de los tramperos, es que “la civilización”, que
ya va mostrando intenciones de invasión, degrade con sus dañinas costumbres
toda esa tierra tan hermosa y acabe con su romántica forma de vida. En esto
Fisher da una “caña” constante y cruel durante buena parte del libro.
Se me olvidaba decir
que la historia transcurre en los años anteriores a la guerra de Secesión, y de
que no os perdáis la presentación.
Y seguiría escribiendo
y escribiendo sobre este libro, tal es su riqueza y extraordinario colorido.
Eso si, antes de
acabar, unas breves notas sobre el autor.
Vardis Fisher
(1895-1968), nació en Idaho. Fue profesor universitario, periodista, ensayista,
funcionario, novelista y poeta. Esta novela, Mountain Man, recibió el premio Spur
Award en 1965 en la categoría de novela histórica.
Colección: Frontera / FR-002
año: 2012
ISBN: 97884-7702-728-7
págs: 400
Olé, olé y ole. Estupenda reseña. Comparto tus sensaciones sobre la película y sin duda algún día caerá este libro... Pinta genial y me apetece mucho. Ya tengo "Centauros del desierto" y "Un tronar de tambores" de la misma colección.
ResponderEliminarGracias por el comentario Iñigo. Desde luego es un libro que vale la pena. Por cierto: Por las fechas en que estamos, debe estar a punto de salir el próximo volumen de esta colección.
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